Antes de pedir un préstamo hipotecario

Pedir un préstamo hipotecario es una de las decisiones más complejas y con mayores implicaciones para cualquier persona. Por ello, si te estás planteando la adquisición de un inmueble, ten presente que nunca debes hipotecarte con prisas o sin haber valorado con calma todos los aspectos que conlleva.

Hay algunos pasos previos que conviene dar antes de lanzarse a solicitar información en diferentes bancos. Disponer de una información clara de tu situación económica te ayudará a negociar mejor.

 

Requisitos mínimos para pedir un préstamo hipotecario

En este sentido, hay dos cuestiones que debes tener muy en cuenta:

  • Es importante disponer de ahorros. No olvides que tienes que considerar no solo el valor del inmueble, también los gastos de tasación. Además, por lo general, los bancos te van a solicitar una aportación inicial de, al menos, el 20% del valor de la vivienda.
  • Asegúrate (o aseguraos) de tener unos ingresos que permitan afrontar con holgura el préstamo hipotecario. Y en ese sentido, es importante hacer cuentas: lo aconsejable es no destinar más del 35% de los ingresos al pago de deudas, entre las que se incluye la hipoteca. En cualquier caso, es fácil que el banco haga las cuentas por ti y te deniegue el préstamo si no cumples este requisito.

Además debes saber que la entidad puede solicitar nóminas, vida laboral y otros documentos que considere necesarios para valorar el riesgo de la concesión del préstamo. Y no solo eso, un trabajo estable y una cierta antigüedad en él serán, seguramente, otros de los requisitos imprescindibles.

 

 

Terminología básica al pedir un préstamo hipotecario

Has hecho cuentas y has comprobado que tienes suficiente dinero ahorrado y piensas que la hipoteca no te va a ahogar económicamente. En tal caso, es muy importante que acudas al banco con algunos conceptos básicos aprendidos:

 

  • Tipo de préstamo: fijo, variable (dependerá del Euribor) o mixto. Si hace unos años eran los préstamos de interés variable los más habituales, poco a poco crecen los de interés fijo. ¿Cómo elegir entre ellos? Los fijos son más elevados, pero más estables. El número de años por los que te vas a hipotecar y la situación del mercado deben guiarte en la decisión.
  • Términos que debes conocer: por un lado, está el mencionado Euribor, que es el tipo medio de interés al que prestan dinero las grandes entidades financieras y el que marcará también el del préstamo. Por otro lado, se encuentra el TAE, que viene a ser el tipo de interés efectivo (y real), ya que tiene en cuenta aspectos como interés nominal, periodicidad de los pagos, comisiones…
  • Comisiones: pueden convertirse en un gasto añadido importante. Hablamos de la comisión de apertura, que pagarás al inicio; la comisión de la cuenta asociada a la hipoteca (no siempre se cobra); y de las comisiones por amortización (total o parcial) y que son variables en cada entidad.
  • Carencia: es un periodo inicial que incluyen algunas entidades y en el que no amortizas capital, sino que solo pagas intereses. No es habitual en España, pero existe.
  • Dación en pago: nadie sabe lo que va a ocurrir en el futuro y esta figura lo que contempla es que, en caso de impago, el banco se quedará con los bienes hipotecados a cambio de saldar la deuda.

 

El momento de negociar el préstamo

A la hora de pedir un préstamo hipotecario debes defender siempre tus intereses. Por ello, no dudes en solicitar información en diferentes entidades e informarte muy bien, prestando atención a la letra pequeña. Nunca dudes en preguntar todo aquello que no entiendas y no firmes nada sin estar absolutamente seguro del contenido del documento.

Muchas entidades, además, te ‘invitarán’ a contratar un seguro de hogar o de vida. Decimos invitar porque no estás obligado a hacerlo con la entidad bancaria. El problema es que tanto este aspecto como la domiciliación de la nómina pueden ser un obstáculo para conseguir el préstamo si te niegas a ello. Por eso, debes valorar ventajas y desventajas.

Cuando ya te hayas decidido, tendrás que aportar la documentación que la entidad te requiera, desde una copia del DNI hasta las últimas declaraciones de renta y nóminas, recibos de otros préstamos que tengas, extracto de tus movimientos bancarios de los últimos meses… Lo que te soliciten puede variar de una entidad a otra.

Y finalmente, una vez concedido el préstamo hipotecario, no dudes en leer la escritura antes de firmar ante notario. Si tienes cualquier duda, él la podrá resolver en el momento.

 

Si te deniegan la hipoteca… reflexiona

Quizá te parezcan muchos los requisitos para conseguir un préstamo hipotecario, pero piensa que, de algún modo, también te beneficia a ti. Si la entidad tiene dudas objetivas de que puedas afrontar con garantías el pago de la hipoteca es porque tal vez es realmente así. Plantéate la idea de buscar una casa que requiera un préstamo más bajo o ahorrar algo más antes de embarcarte en su adquisición.

De hecho, la nueva Ley Hipotecaria, que entró en vigor en junio de 2019, exige que se analice en profundidad la solvencia de quien solicita una hipoteca y permite ciertos instrumentos para ello. Se trata de evitar situaciones como las que se han vivido en los últimos años por este motivo.

La ley, además, protege a quien solicita el préstamo facilitando, por ejemplo, la subrogación, rebajando las comisiones de amortización o haciendo un reparto más equitativo de los gastos.

Si necesitas ayuda, con Trovimap podrás conocer el valor de los inmuebles de la zona en la que deseas adquirir vivienda o incluso hacer una tasación de la que ya has escogido. Y, si aún estás buscando, también encontrarás miles de inmuebles entre los que elegir.

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