Tu refugio junto al mar en San Pedro de Alcántara
A tan solo 200 metros de la playa, se esconde una villa llena de encanto y carácter, donde cada rincón invita a quedarse un poco más. Esta casa no es solo una vivienda, es un lugar donde la brisa marina se cuela por las ventanas, el sol baña cada espacio, y la tranquilidad se convierte en parte de la rutina.
En la planta baja, te recibe un salón amplio con chimenea, perfecto para tardes de lectura o reuniones entre amigos. El comedor, cálido y acogedor, se abre hacia una cocina independiente que conserva el sabor de lo auténtico. Hay también una sala de televisión, ideal para desconectar, dos habitaciones cómodas, un baño completo, un aseo y espacios prácticos como el lavadero y el trastero.
Subiendo las escaleras, la casa se abre aún más: cuatro dormitorios luminosos y tres baños que ofrecen privacidad y confort. Desde aquí se accede a un largo balcón que lo conecta todo, y a dos terrazas desde donde contemplar el cielo azul o disfrutar de un café al amanecer.
Pero quizá lo más especial está fuera: el jardín, cuidado con mimo, con un huerto lleno de árboles frutales que dan vida y sabor. La piscina privada te espera para los días de verano, y la zona de barbacoa es perfecta para encuentros al aire libre. Hay espacio para tres coches, aunque lo más probable es que quieras moverte a pie, sintiendo la cercanía del mar.
La casa cuenta con detalles que hacen la vida más cómoda: aire acondicionado, suelo radiante en el salón y comedor, placas solares y una reforma en fontanería y electricidad que garantiza tranquilidad. Todo está pensado para vivir sin prisas, con calidad y en armonía con el entorno.
Una villa con alma, donde cada día puede sentirse como unas vacaciones.
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