Esta encantadora finca en el corazón del campo menorquín representa la esencia de la vida rural en la isla. Rodeada de 50.000m² de tierra fértil, la propiedad es perfecta para quienes buscan privacidad, naturaleza y una excelente ubicación entre el campo y el mar.
La vivienda principal cuenta con tres dormitorios, un baño completo, una acogedora sala-comedor y una cocina funcional con acceso directo a un amplio porche cubierto. El porche, que rodea dos lados de la casa, es el lugar ideal para disfrutar de comidas al aire libre durante todo el año.
El jardín es un verdadero refugio natural, con senderos de piedra, árboles frutales, diversas especies de árboles y espacio más que suficiente para un huerto o pequeños animales. El tradicional safareig menorquín una antigua alberca de piedra añade carácter auténtico y puede convertirse fácilmente en una piscina única.
Tanto si buscas un refugio de verano como una residencia permanente, esta propiedad ofrece una oportunidad excepcional para vivir en plena naturaleza menorquina, sin renunciar a la comodidad ni a la cercanía del mar.
Puntos destacados:
Camino de piedra y jardines con variedad de árboles
Safareig tradicional con posibilidad de conversión en piscina
Tierra fértil ideal para uso agrícola o recreativo
Porche cubierto para disfrutar todo el año
Excelente ubicación cerca del mar y del pueblo
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