Vivir en el centro sin renunciar a la comodidad es posible. Este piso, reformado hace apenas tres años, ofrece una distribución práctica, un estado impecable y la tranquilidad de llegar y empezar a vivir.Está situado en una primera planta sin ascensor, en una finca de 1973. Cuenta con 80 m² construidos (60 m² útiles), distribuidos en tres habitaciones (una doble y dos individuales), un baño con plato de ducha, cocina independiente con galería y un salón comedor exterior con salida al balcón, la única estancia que da a la calle. El resto de estancias son interiores, lo que aporta más calma y privacidad.La reforma, reciente y bien resuelta, actualiza la vivienda sin perder funcionalidad. Una opción interesante para quienes quieren vivir en el centro con todo a mano, sin obras y con buena sensación desde el primer paso.
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