Vivir en Palma, con luz, silencio y sin vecinos. Parece imposible, pero este ático lo hace realidad.
Ocupa las dos últimas plantas de un edificio con ascensor, aunque no lo sabrías al entrar: no hay rellano compartido, ni puertas vecinas. El ascensor se detiene directamente en el interior de la vivienda, en un recibidor privado, como si llegaras a casa desde tu propio portal.
La reforma integral se hizo en 2023, con atención a los detalles y buscando algo muy sencillo pero cada vez más raro: comodidad. Espacios amplios, armarios empotrados donde toca, baños modernos, y una distribución que respira. Tres dormitorios bien pensados, dos baños completos, y un salón donde entra la luz a raudales.
Arriba, una terraza del mismo tamaño que la vivienda. Un espacio en blanco, listo para imaginar: zona chill-out, jardineras, una ducha al aire libre, cenas largas al atardecer. Aquí no hay techos, solo cielo.
Incluye plaza de aparcamiento en la primera planta del parking de Plaza Pere Garau. Y sí, también se queda amueblado.
La zona es Pere Garau. Un barrio en transformación, con alma, con mercado propio, y cada vez más vida. Estás a diez minutos del centro, a quince del aeropuerto, y con todo lo necesario a dos pasos.
No es un piso más. Es un lugar donde desconectar en pleno centro. Donde abrir las ventanas no significa escuchar al vecino. Donde la ciudad se ve desde arriba, pero se siente cerca.
#ref:ÀTI_191__ (2)
Escribe tu dirección. Obtén al instante tu valoración GRATUITA