Una propiedad que no solo es una vivienda, sino un pedazo de historia enclavado en plena naturaleza.
Esta casa de piedra, majestuosa y serena, ofrece la oportunidad única de vivir o descansar en un entorno privilegiado, donde cada rincón tiene algo que contar.
La casa construida en piedra, se alza en dos plantas, cada una con su propósito, cada una con su encanto. La planta alta, pensada como zona de vivienda, recibe al visitante con un hall amplio que da paso a un comedor luminoso. Desde allí, se distribuyen seis habitaciones, con espacio más que suficiente para convertirlas en dormitorios, estudios, salas de lectura o lo que tu imaginación necesite.
Encontrarás una cocina bilbaína y otra económica, mezcla de tradición y funcionalidad, para quienes disfrutan del arte de cocinar como se hacía antes, sin prisas, con sabor. Junto a ella, una despensa.
Dos baños completos completan esta planta, uno con plato de ducha, otro con bañera, brindando comodidad para todos los gustos y necesidades.
Desde el mismo hall de entrada podemos acceder a la panta baja de la casa.
En la planta baja, el espacio continúa siendo generoso y versátil. Un garaje con capacidad para cuatro coches permite tanto el aparcamiento como el almacenaje o incluso la creación de un pequeño taller. Junto a él, otra bodega tradicional, ideal para guardar alimentos. Dos estancias adicionales completan esta planta: una sala de caldera, que alberga la instalación de calefacción de gasoil y el termo de agua caliente, y otra despensa adicional para cubrir todas las necesidades de almacenamiento.
El terreno que rodea la propiedad es un verdadero tesoro natural: 4.500 m² totalmente vallados, una extensión generosa y cuidada, donde la tranquilidad convive con el espacio, la privacidad y la conexión con la tierra. En ella se alzan árboles frutales, pinos y un pozo.
A un lado de la casa, en una sala anexa, el alma de la tradición rural cobra vida: un antiguo molino, vestigio del trabajo de antaño, donde se molía trigo, centeno y harina. Un espacio cargado de memoria, que puede conservarse como patrimonio, restaurarse como museo doméstico o transformarse en un rincón creativo.
En el patio, aún se conservan las antiguas cuadras, robustas y llenas de carácter, así como la cocina de ahumar, una pieza valiosísima para los amantes de la tradición gastronómica, perfecta para recuperar técnicas de curado o darle un nuevo uso con encanto.
Esta propiedad es mucho más que un lugar donde vivir. Es un escenario perfecto para un proyecto familiar, una casa de huéspedes o simplemente tu nuevo hogar con alma.
Contacta con nosotros y ven a descubrir esta joya.
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