Esta casa es realmente singular. En los años 90 tenía un venerable propietario francés que la hacía llamar «La casa del Barbero de Sevilla» ya que afirmaba que en este rincón se inspiró Rossini para componer su ópera.
Hace esquina entre un callejón encantador (calle Vida) y una placita típica de las del barrio de Santa Cruz. Enfrente, a todo lo largo, la maravillosa muralla del Alcázar, con sus almenas, con muchísimo verdor de las copas de las jacarandas, palmeras y cipreses de los jardines de las casas colindantes y del propio Alcázar.
La casa tiene un pequeño patio ajardinado que da a la calle Susona, así que tiene dos entradas, una por la calle Vida y otra por la calle Susona.
Tiene tres plantas. En la 1ª, hall de entrada, salita con chimenea, sala de estar con doble altura, cocina y comedor. Además el pequeño patio ajardinado. En la primera planta dormitorios y en la segunda terraza con retranqueo. Tiene hueco previsto para ascensor.
Arriba del todo tiene una estupenda terraza practicable, bien orientada, soleada, con vistas largas al entorno monumental (Torre del Homenaje, Giralda…).
Actualmente está 100% para reformar, de hecho, los azulejos originales están desmontados, pendiente de que el nuevo comprador decida su distribución final.
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