Pocas cosas valen tanto como vivir rodeado de un paisaje como el de Proaza. El segundo destino turístico preferido por los asturianos y no asturianos después del Santuario de Covadonga, la Senda del Oso hace las delicias de todo tipo de familias y de amantes del ciclismo o el senderismo. De Proaza podemos destacar su cercanía a la capital del Principado, su dedicación a la Protección del Oso del Cantábrico, y su rico entorno natural.
Si hablamos de su valor turístico, podríamos alargarnos, pero sirve como ejemplo el largo historial de éxito del restaurante 'El Esbardu', 29 años con el cartel de 'no se admiten más reservas'. A pesar del paso de los años, tener una ubicación tan exclusiva permite a este negocio disfrutar de una salud económica envidiable.
Pero lo que aquí se vende ya son palabras mayores, pues han reformado el edificio casi en su totalidad, contando ya con dos apartamentos a estrenar para dedicarlos todo el año al turismo rural y guardando el as en la manga de una planta superior de donde aprovechar otros 4 dormitorios ideal para hostel o cualquier otro uso de alquiler turístico. Quizá como negocio familiar donde ubicar la propia vivienda, o quizá para convertirlo todo en un hotel donde el servicio de hostelería sea un añadido más para mejorar las prestaciones.
La planta inferior a la que se accede por la rampa de entrada, ideal para personas de movilidad reducida, cuenta con comedor exterior, terraza con mesas, toldos para cubrir todo el aforo, baños, cuartos de despensa y vestuarios, y mesas cubiertas en la antojana. El interior del restaurante es de piedra vista, con techos altos, y una cuidada decoración respetando el entorno. Su cocina, bodega y barra está en un estado excepcional y totalmente equipado, además, para realizar conciertos.
La planta baja tiene dos apartamentos con entrada desde la calle, uno de ellos con dos dormitorios, y ambos con cuarto de baño completo. Cocina equipada, y todas las ventanas y porterías de doble cristal con rotura de puente térmico. Cuentan los dos con calefacción de gas natural, cuyo depósito se encuentra en el exterior del restaurante, tras un cuarto cerrado.
La planta superior, para completar, cuenta con un dúplex de 140 m2 útiles, dividido en una primera planta de 3 dormitorios, salón, cocina y baño. La planta superior es el bajo cubierta con suelos de madera, dividido en dos alas y con posibilidades de dormitorio o gran salón. Bien iluminado con dos ventanas, y con la cubierta en perfecto estado.
En total son 300 m2 para explotar con la mejor rentabilidad de la zona, y con la seguridad de recibir ya a toda su leal clientela, porque creo que todos conocemos ya de sobra que parar en Proaza es ya un sinónimo de parar a comer en 'El Esbardu'.
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