Para quienes buscan algo más que una propiedad: un refugio de elegancia, privacidad y conexión total con la naturaleza. Esta finca única ofrece el equilibrio perfecto entre confort moderno y entorno natural, ideal tanto como residencia habitual como para disfrutar de escapadas memorables.
Ubicada en una zona privilegiada, rodeada de árboles centenarios y vegetación autóctona, la propiedad transmite una sensación de paz absoluta y privacidad total. Un enclave donde el silencio, el aire puro y la belleza natural son parte del día a día.
La finca se asienta sobre una generosa parcela e incluye dos viviendas independientes, ambas cuidadosamente diseñadas para ofrecer calidez, funcionalidad y estilo:
Vivienda principal (148 m² construidos):
Dispone de 1 dormitorio doble, 2 dormitorios individuales, baño completo y aseo. Espaciosa cocina de estilo moderno abierta al salón-comedor, zona de juegos, garaje, acogedor porche con techo desmontable y pérgola con toldo.
Segunda vivienda (73 m² construidos):
Perfecta para invitados o uso independiente, con 1 dormitorio, 1 baño, cocina abierta con salón-comedor, garaje-trastero y una terraza descubierta con vistas espectaculares al paisaje menorquín.
En el exterior, los encantos se multiplican: una gran piscina privada rodeada de naturaleza, zona de barbacoa perfectamente integrada en el bosque y amplios espacios al aire libre donde vivir el clima mediterráneo en su máxima expresión.
Una propiedad que habla de estilo de vida, exclusividad y autenticidad.
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