Hay casas que tienen algo especial que cuesta describir con palabras. Esta masía en El Brull, rodeada de naturaleza, es una de esas propiedades que se tienen que vivir con todos los sentidos. Tranquila, auténtica y con unas vistas espectaculares al Montseny, ofrece el equilibrio perfecto entre vida rural y comodidades modernas.
La finca cuenta con 22.127 m2 (2,21 Ha.) de terreno, un entorno ideal para quien busca espacio, intimidad y conexión con la naturaleza. La casa principal, de 301,69 m², conserva el encanto de las construcciones tradicionales de piedra, pero incorpora detalles que hacen el día a día más práctico y cómodo.
A la planta principal se accede por una gran puerta de madera maciza. Una vez dentro, encontramos un amplio salón que conecta con la cocina y con una segunda sala más íntima. Los grandes ventanales llenan la casa de luz y abren el interior hacia el exterior. La chimenea, además de crear un ambiente acogedor, incorpora un sistema que aprovecha el calor para calentar el agua de la casa. En esta misma planta también hay una suite muy amplia con baño privado.
La zona de noche, situada en la planta superior, dispone de cuatro dormitorios y un baño completo, pensados para alojar a la familia o a los invitados con total comodidad.
A pocos metros de la casa, dentro de la misma finca, hay una pequeña construcción independiente con muchas posibilidades: puede funcionar como segunda vivienda, estudio, espacio creativo o sala de juegos.
La ubicación es excepcional: dentro del término municipal de El Brull, justo a las puertas del Parque Natural del Montseny y a unos 800 metros de altitud. El paisaje que rodea la propiedad es sencillamente único. En los días despejados, se pueden ver los Pirineos al norte y, en el horizonte, Montserrat, La Mola e incluso la Sierra Litoral.
Un lugar para desconectar, respirar y reconectar con la naturaleza y con una forma de vida más auténtica.
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