Entre sus 200 m², la luz natural danza suavemente, acariciando cada rincón y llenando la casa de una calidez que invita a soñar. Sus altos techos y ventanales imponentes revelan un porte señorial que parece susurrar historias de épocas pasadas, mientras sus espacios respiran elegancia y serenidad.
Cada estancia es un lienzo listo para cobrar vida con imaginación: un lugar donde los sueños de un diseño único se entrelazan con la luz, la amplitud y la armonía de la planta. Los dos balcones principales son miradores que invitan a contemplar la ciudad, mientras que la generosidad de los espacios permite crear rincones íntimos, acogedores y llenos de personalidad.
Actualmente, la vivienda cuenta con cinco dormitorios, un baño, cocina con despensa, salón-comedor, sala de estar y dos estancias adicionales que pueden transformarse en despachos, estudios o pequeños refugios de inspiración. Cada habitación se convierte en un escenario donde la vida puede desarrollarse con plenitud y elegancia.
Ubicada en el corazón de la ciudad, la casa ofrece el encanto de paseos por calles históricas, la cercanía de cafés con historia y las vistas únicas a la plaza de Santo Domingo. Sus zonas comunes, renovadas con delicadeza, y la generosidad de sus espacios convierten esta vivienda en un refugio luminoso y lleno de vida, un lugar donde cada día se vive con intensidad y cada momento se transforma en recuerdo.
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