En medio de las calles con historia de Vic, se esconde un dúplex con alma propia. Un espacio donde el tiempo parece detenerse y cada detalle respira calidez.
Al cruzar la puerta, la primera planta nos invita a descansar. Una gran habitación doble, rodeada de madera promete noches de paz y serenidad. El baño, amplio, ofrece tanto una bañera de hidromasaje para los momentos de relax como un plato de ducha para los días más ágiles. Y, porque el confort es esencial, una práctica lavandería completa este nivel.
Subimos las escaleras y descubrimos el corazón del hogar. Un comedor con chimenea nos invita a largas sobremesas, mientras la luz natural se filtra desde la gran terraza. La cocina americana, funcional y abierta, invita a compartir momentos mientras se cocina. Y, para mayor comodidad, un aseo de cortesía completa este espacio.
El estilo rústico, con vigas de madera y carpintería de roble, le da carácter y autenticidad a este dúplex único.
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