Ubicado en pleno centro de Mollet del Vallès, este piso es una oportunidad honesta y bien posicionada para quienes buscan empezar o invertir con criterio.
La vivienda se sitúa en una finca clásica de 1962, bien conservada, con pocos vecinos y ese aire tranquilo que ya no se fabrica. Es un segundo piso sin ascensor, sí, pero con la recompensa de una comunidad reducida y silenciosa.
Con 60 m² bien aprovechados, el piso dispone actualmente de 2 habitaciones (originalmente 3), un baño con media bañera, cocina independiente y un salón comedor luminoso.
La cocina y el baño han sido reformados, lo importante ya está hecho: funcionalidad y confort, sin rodeos.
Como valor añadido, la finca cuenta con una terraza solárium comunitaria, perfecta para desconectar o tomar el sol, y un trastero privado en el sótano, ese espacio extra que siempre suma.
Una vivienda práctica, bien ubicada y con potencial real.
Perfecta como primera residencia o como inversión inteligente, de esas que cuadran números y sensaciones.
Porque no todos los pisos cuentan historias… algunos además saben de rentabilidad.
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