Imagina una encantadora casa de pueblo en Sóller, que parece una obra de arte fusionando la nostalgia del pasado con el confort moderno. Al acercarte, te reciben las típicas fachadas de piedra y las ventanas adornadas con persianas mallorquinas, pero al cruzar el umbral, te sorprende una cuidadosa reforma que ha transformado este espacio en un refugio de lujo.
En la planta baja, encuentras una lavandería impecablemente organizada y una sala de máquinas que alberga la caldera y el depósito de gasoil, garantizando un confort térmico óptimo durante todo el año. El zumbido suave de la tecnología moderna se mezcla con el eco de la historia en cada rincón.
Subiendo por la escalera de piedra pulida, llegas a la planta principal, donde el solon comedor se abre como un santuario de luz y espacio. La cocina integrada es una obra de diseño, donde la madera y la piedra se combinan con elegancia funcional. Aquí también se encuentra un acogedor dormitorio doble, perfecto para invitados o como espacio íntimo. Un aseo añade comodidad adicional a esta planta.
En el siguiente nivel, la planta superior te recibe con un dormitorio principal majestuoso, donde el espacio se amplifica por un vestidor que invita a la organización sin esfuerzo. El baño adyacente es un oasis de relajación, con detalles de mármol y una bañera independiente que promete indulgencia.
Pero la sorpresa más cautivadora aguarda en forma de un apartamento independiente. Con su propio vestidor, baño y cocina, ofrece un espacio privado para los visitantes o la posibilidad de alquilarlo para obtener ingresos adicionales.
Situada en una calle peatonal sin salida, la tranquilidad es un tesoro asegurado. A solo cinco minutos de la plaza central, donde una impresionante iglesia barroca domina el paisaje, y el suave murmullo del tranvía que atraviesa el pueblo te recuerda la conexión entre tradición y modernidad. Sóller, un lugar donde la belleza y la historia se entrelazan en cada esquina.
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