Ubicada en la tranquila y accesible zona rural de Sa Casa Blanca, esta finca tradicional mallorquina destaca por su arquitectura histórica y su entorno agrícola.Con una superficie de 128 hectáreas, la propiedad alberga aproximadamente 3.000 m² construidos distribuidos en diversas edificaciones antiguas, con muros de piedra gruesos y cubiertas de teja. Estas construcciones, aunque requieren rehabilitación, ofrecen una base sólida para desarrollos residenciales o empresariales.El entorno exterior combina funcionalidad agrícola y potencial energético. Alrededor de 60 hectáreas están preparadas para la instalación de un parque solar fotovoltaico, aprovechando la cercanía a infraestructuras eléctricas. El resto del terreno, fértil y en explotación, incluye huertos, patios interiores con vegetación autóctona y dos pozos de agua propios conectados a un sistema de riego con agua depurada.El interior conserva elementos originales como vigas vistas, suelos cerámicos y puertas de madera maciza. Las estancias, amplias y bien ventiladas, están actualmente dedicadas a uso agrícola y almacenamiento, con potencial para transformación en espacios habitables, oficinas o instalaciones de producción.Entre los elementos adicionales se encuentran porches cubiertos utilizados como zonas de aparcamiento, acceso por camino privado, y una red de infraestructuras básicas que facilita nuevos proyectos.Situada a solo 10 minutos de Palma y del aeropuerto, con conexión directa por autovía, esta finca combina la serenidad del campo con una excelente accesibilidad. La proximidad a núcleos como Son Ferriol y Sant Jordi aporta servicios esenciales, mercados y vida local, haciendo de esta propiedad un enclave versátil con múltiples posibilidades de desarrollo.
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