En el corazón de un pintoresco pueblo se encuentra esta encantadora casa de pueblo de tres plantas, que te transportará a una época pasada con su arquitectura tradicional y su rica historia. Con techos de madera que evocan la calidez de antaño y vistas panorámicas a las extensas viñas y la majestuosa montaña Canigó, esta vivienda es un refugio perfecto para aquellos que buscan paz y serenidad.
Al entrar en la casa, serás recibido por el encanto rústico de sus paredes de piedra y suelos de baldosas de época. La planta baja, acogedora y funcional, alberga una espaciosa sala de estar con una chimenea que te invita a pasar tardes acogedoras junto al fuego durante los meses más frescos. La cocina, equipada con electrodomésticos modernos, ofrece un espacio donde dar rienda suelta a tu pasión culinaria mientras disfrutas de la vista de las verdes viñas.
Subiendo por una escalera de madera artesanal, te esperan los dormitorios en la segunda planta, cada uno decorado con un estilo único y encanto propio. Las vistas desde las ventanas te permitirán despertar con la belleza de la naturaleza que te rodea.
La tercera planta, un auténtico tesoro escondido, es un espacio versátil que puede adaptarse a tus necesidades: desde un estudio artístico hasta una acogedora biblioteca o un espacio de meditación donde contemplar el imponente Canigó.
Esta casa de pueblo con encanto te brinda la oportunidad de experimentar la auténtica vida rural, con sus vistas impresionantes y la tranquilidad de la naturaleza, mientras te deleitas con los placeres sencillos y las maravillas de la vida en un lugar tan mágico como este.
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