Cuando los actuales propietarios compraron este piso, hubo algo que no se esperaban.
Un detalle que, al principio, les desconcertó.
Ahora te cuento cuál fue.
Pero antes...
Tienes dos formas de vivir en Arturo Soria.
Una: pagar más de un millón por un piso reformado con materiales que no habrías elegido.
Y una distribución pensada para vender, no para vivir.
Otra: comprar este por 785.000 €.
Y diseñarlo tú.
Con tu estilo.
Sin sobreprecios.
Sin acabados neutros ni soluciones estándar.
Aquí no compras lo que otros decidieron.
Compras la base para construir el hogar que realmente quieres.
Y además…
Una terraza de más de 60 m².
Aquí se han celebrado comidas donde nadie quería levantarse de la mesa.
Aquí los niños han aprendido a montar en bici.
Aquí podrías ser el anfitrión más deseado de tu grupo de amigos.
Y un cenador de 9 m² para disfrutar todo el año.
Está en una primera planta exterior.
No hay ascensor, pero solo son ocho escalones.
Garaje comunitario cubierto.
Cada vecino tiene plaza, aunque no estén asignadas.
Y sí, eso en esta zona es un lujo.
Conserje de lunes a viernes.
Ahora mismo hay dos espacios unidos: salón y dormitorio principal.
Pero puedes volver a separarlos fácilmente.
O incluso sacar tres dormitorios.
Todo depende de lo que necesites.
También tiene salón, cocina independiente, baño y aseo.
La cocina tiene fogones de gas, para quienes disfrutan cocinando de verdad.
El baño ya tiene el plato de ducha reformado.
Una preocupación menos.
Y algo que no se ve en planos ni fotos: la sensación de paz.
Desde las habitaciones, al mirar por la ventana… parece que estás en Asturias.
Entras en la finca y te recibe un jardín frondoso, impecable.
Parte de la fachada está envuelta por una enredadera que cambia de color con las estaciones.
Verde en primavera.
Rojiza en otoño.
Un espectáculo natural en plena ciudad.
La calefacción es de gas natural individual.
Nada de sistemas centralizados con horarios absurdos.
Aquí decides tú.
¿Y qué fue lo que desconcertó a los propietarios?
Que al entrar, pensaron que se habían equivocado de ciudad.
El silencio.
La calma.
El verde...
No parecía Madrid.
Y sin embargo, era lo mejor de Madrid, sin lo peor de Madrid.
Ahora no lo cambiarían por nada.
Pero las circunstancias mandan, y cambiaron de ciudad.
¿Se puede negociar el precio?
Quien sabe lo que vale esta vivienda, y lo que puede llegar a ser, no pierde el tiempo con regateos absurdos.
Abstenerse buscachollos, pierdetiempos e inversores somnolientos del €/m².
¿Es una buena inversión?
Indiscutible.
Si no lo ves claro, no vengas a verla.
Para no pagar por los caprichos decorativos de otros y construir un hogar con sentido, llama ahora.
Es una casa para personas con visión y personalidad.
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