Más de 150 metros cuadrados de soledad, de bienestar, conforman este inmueble que inspira a imaginar un hogar, un hábitat propio al que retirarse tras un hostil día en la ciudad. Su interior luminoso, expansivo, comparte espacio de forma armónica con acogedores suelos de madera idóneos para aportar calidez; un juego de contrastes que manejado con destreza podría generar ambientes tan diversos como diáfanos. Con una dilatada galería que regala una deliciosa y espléndida perspectiva del horizonte, este inmueble se postula como un paraje privilegiado en el cual reiniciar una vida, donde un nuevo comienzo se torne en un proyecto apetecible. Su entorno abraza este concepto de urbanismo armónico, de oasis metropolitano; zonas verdes, casas bajas y la algarabía de los niños en el colegio, apagan el zumbido estridente que provocan los coches a apenas a dos minutos andando, en la adyacente avenida de Castelao.
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