Quieres soñar...? Hagámoslo! Soñemos con elevarnos sobre la ciudad, nueve alturas si queremos una mayor exactitud. Subimos y subimos, alcanzando una perspectiva amplia, generosa, cambiante... Como una hermosa miniatura, el Monte de la Guía insinúa su privilegiada situación ...y todavía más allá, cerrando con su presencia la línea del horizonte, el puente de Rande, sostenido en aparente equilibrio sobre un azulado océano en calma. Tras el ventanal, gaviotas de plata surcan el cielo y por un instante me siento la persona más afortunada del mundo; un deliciosamente intenso y efímero instante me permite soñar que este espacio que me abraza, que me inspira, es en realidad mi lugar en el mundo... Deambulo taciturna por las estancias...observo cómo la luz se engarza con calidez a las paredes, adornándolas de vida, de posibilidades... Es fascinante idear, permitir a este hábitat que esboce diversos proyectos con la capacidad de adaptarse a múltiples formas de entender la vida, de generar un hogar. El dilatado salón, una vez despojado mentalmente de todas las barreras que se interponen entre mi mirada y el espacio vacío, me consiente presentir el bienestar que se respira. Solo trasciende la magia auténtica que abarca cada rincón mientras como una sutil caricia, la brisa que proviene del Castro llega a mí desde la visible y cercana fortaleza. No necesitaría nada más... quizá un buen libro, un café o una copa de vino compartida y, simplemente esperar a que la noche caiga y el silencio inunde este maravilloso barrio...
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