XAL_302. Imagina despertar cada mañana en un rincón donde el tiempo parece detenerse, en una casa rural que abraza el alma y enamora a primera vista. En Tresgrandas, uno de los pueblos más codiciados del oriente asturiano, se alza esta joya rústica con 4 dormitorios y 4 baños, un hogar que huele a madera antigua y acoge como un abrazo cálido.
En total, la propiedad cuenta con 298 m² construidos, de los cuales 198 m² pertenecen a la vivienda principal y 100 m² al garaje adosado de dos plantas, un espacio lleno de posibilidades.
La casa mira siempre al sur, buscando el sol con orgullo, y lo hace desde un corredor asturiano tradicional que parece creado expresamente para contemplar las montañas que se despliegan como un escenario natural. El terreno, de unos 1.000 metros aterrazados, es una invitación constante a respirar hondo, dejar que el silencio te cuente historias y sentir que, quizá, este es el lugar donde querías estar desde siempre.
Aquí no se oyen coches, ni prisas, ni estrés. Solo el murmullo suave del viento entre las casas asturianas rehabilitadas que salpican la aldea. Y aun así, estás a solo 10 minutos de la playa, 20 minutos del centro de Llanes y muy cerca de San Vicente de la Barquera. Un triángulo perfecto donde se mezclan mar, montaña y esa gastronomía que hace sonreír solo de recordarla.
El encanto rústico se mantiene en cada rincón de la vivienda, pero con las comodidades actuales que hacen la vida fácil. Y por si fuera poco, el garaje adosado puede transformarse en lo que sueñes: otra vivienda independiente, dos apartamentos con entradas separadas o incluso integrarse a la casa para crear un espacio todavía más espectacular.
Ubicada en la zona alta del pueblo, esta casa es más que una propiedad: es un refugio, un sueño y un pequeño tesoro en una de las áreas más deseadas de Asturias.
Un lugar donde la vida transcurre sin ruido pero con muchísima magia.
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