La filosofía slow life nos invita a desconectar, a relajarnos y reconectar con nosotros, los nuestros y el entorno natural. Esta casa podría ser el ejemplo perfecto de la filosofía slow life: espacio, verde, luz a raudales y calma mucha caaaalma. Ubicada en una parcela de 1.614 m², cuenta con una edificación principal divida en dos plantas y otra edificación anexa que será la envidia de tus amigos. En la casa principal, de 146,72 m² construidos, encontramos el comedor – estar, cocina independiente, dos dormitorios, porche y terraza descubierta. A través de una escalera de caracol, accedemos a la planta baja, donde encontraremos otra sala con acceso directo al jardín y un dormitorio. Y ahora sí, el anexo... una edificación auxiliar aislada de 45,27 m², para alojar a tus invitados, para convertirla en lo que quieras, a modo de apartamento independiente y con todas las comodidades, salón, baño, dormitorio, trastero y porche. Y como buena casa slow, la piscina, ¡bendita piscina!, un espacio ideal para conectar, compartir, relajarse…. Y ya, para acabar y no menos importante, el garaje, adosado a la fachada, con una superficie de 64,93 m². En esta casa nunca te faltará espacio, metros y metros que podrás combinar con el verde del entorno, el azul del cielo, y vivir en calma, porque al final vivir en calma es vivir dos veces.
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