Ubicada en el norte de Tenerife, en una zona tranquila y rodeada de naturaleza, esta vivienda adosada de dos plantas destaca por su luminosidad, su entorno verde y unas vistas despejadas tanto al mar como al Teide.
En la planta baja, se accede a través de un amplio recibidor. En esta misma planta se encuentra un trastero bajo la escalera y un baño. Es una zona diáfana que conserva su estado original, ofreciendo amplitud y buena iluminación natural.
La primera planta, completamente reformada, alberga dos habitaciones exteriores, un baño completo, una cocina con vistas al jardín y un salón-comedor que conecta directamente con el exterior. La luz entra generosamente en todas las estancias, creando una sensación de apertura y calma.
En el exterior, la propiedad cuenta con una parcela de 546 m². El terreno incluye árboles frutales —entre ellos mandarina, pomelo y aguacate— y una construcción anexa actualmente destinada a zona de lavandería.
En la parte superior de la vivienda, la azotea transitable ofrece una vista panorámica privilegiada . Es un espacio amplio y despejado, ideal para disfrutar de la tranquilidad del entorno.[IW]
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