Si hay algo que no se puede valorar objetivamente en esta propiedad, son sus excelentes vistas al mar, a Palma y su bahía, con la Catedral al fondo y el Casco Histórico; el resto, es una vivienda singular, que sobresale por gozar de mucha luz natural, siendo toda ella exterior, con dos terrazas, espacios bien delimitados, y una generosa cocina-office; constructivamente, tiene todas las posibilidades de reconsiderar los espacios comunes para aprovecharlos al máximo; incluye una plaza de garaje subterránea en el mismo edificio; conserje en la finca.
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