Pisos cada vez más pequeños, dificultades a la hora de mudarse…Pero las oportunidades de venta o alquiler aparecen incluso en momentos de crisis y la nueva tendencia del mercado inmobiliario es el alquiler de trasteros.

Si hasta no hace mucho era costumbre guardar muebles viejos en una segunda habitación, hoy se vuelve moda esto de alquilar espacios de almacenaje para guardar allí todo aquello que no sabemos en donde ubicar. La demanda nace como consecuencia de los vaivenes del mercado inmobiliario: la escasez de metros cuadrados en las ciudades obliga a pensar en nuevas alternativas para vivir cómodos y sin desechar lo que no queremos tirar. La solución aparece a través de estas superficies de almacenaje en alquiler, que son de gran atractivo, tanto para clientes particulares como para Pymes.

Cuando no hay espacio dentro, hay que ingeniárselas para buscarlo fuera y los trasteros en alquiler se presentan como la solución adecuada en una época de dimensiones escasas. Atrás quedaron los grandes patios de las casas de las abuelas y los cuartos secundarios donde nuestros padres guardaban los juguetes en desuso o esa vieja máquina de coser…tal vez esa herramienta que aún funciona. La demanda crece porque la falta de espacio aparece como un tema recurrente en personas que viven en pisos pequeños o en familias que han crecido en número y no pueden cambiar de vivienda aún. Los trasteros descongestionan los hogares y se suman al abanico de servicios alternativos gestados a partir de la crisis. Las pymes también necesitan de estos espacios para almacenar sus trastos  y encuentran en ellos una solución logística a mediano plazo.

Vuelve la moda de alquilar trasteros

Así, los trasteros en alquiler han dejado de ser una excepción en el mercado inmobiliario para transformarse en tendencia en alza. Incluso la oferta se vuelve cada vez más diferenciada con los llamados trasteros a la carta, espacios que se adaptan a las necesidades del cliente tanto en tamaño como en ubicación o particularidades. Hay trasteros que ofrecen servicios añadidos, como la recogida y el envío de paquetes, o la custodia de llaves para los transportistas.

Además de ofrecer comodidad, de alguna manera reflejan los modos de vida emergentes en las ciudades, con empleados que cambian a menudo de ciudad o país por cuestiones laborales y negocios pequeños que necesitan alquilar depósitos porque no cuentan con un espacio propio debido a los altos precios que hay que pagar por ellos. Los trasteros son rentables y la ecuación cierra tanto a los propietarios como a los inquilinos, en una época en la que aparecen nuevos servicios inmobiliarios que facilitan la vida cotidiana con ingenio y practicidad.

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